D
eclarado Patrimonio de la Humanidad en el año 2011, el llamado Eje Cafetero se extiende desde la moderna ciudad de Medellín hasta la capital de la “salsa”, la animada Cali.
En esta zona de Colombia se produce más del 75% del café del país, que está considerado por los expertos, como el mejor del mundo.
Salimos de la ciudad de Medellín hacia el sur, para después de 90 kilómetros llegar al bonito pueblo de Jericó, con sus coloridas calles y sus edificios coloniales. Se trata de uno de los pueblos más antiguos de Colombia y mantiene todo el encanto del pasado. Desde aquí visitamos nuestra primera finca cafetera y observamos el proceso de cultivo, recolección y elaboración de esta bebida. No podíamos abandonar esta región de Antioquía sin detenernos en Jardín, otra maravilla de pueblo colombiano de otro tiempo y que pervive entre nubes y leyendas del pasado, rodeado de verdes montañas antioqueñas y cafetales.
Nuestra ruta nos lleva más al sur, a la región de Caldas, donde nos sorprende la ciudad de Manizales, alzada sobre una colina, y sus numerosas fincas cafeteras algunas de las cuales visitamos e incluso en alguna de estas haciendas de otro tiempo pasamos la noche.
Por la mañana y entre nieblas primaverales nos dirigimos a Santa Rosa de Cabal y las Termas de San Vicente, una estación termal en la que relajarse unas horas y disfrutar también del paisaje que da entrada al Parque Nacional de los Nevados, donde se pueden realizar trekkings de varios días en uno de los paisajes más espectaculares de toda Colombia.
Parada y fonda obligada en el Nido del Cóndor, uno de los mejores lodges de la región y donde nos dejaremos mecer en el sueño del eje cafetero durante dos jornadas. Las actividades desde este lodge son ilimitadas, aunque el lugar es tan espectacular que no sentimos mucha necesidad de vernos en demasía.
Nuestro viaje nos lleva unos días después a descolgarnos más hacia el sur, hasta la animada ciudad de Pereira, donde llegan y parten la mayoría de vuelos que traen a viajeros para visitar el Eje Cafetero, una región cada vez más en boga.
Aunque es el lugar más turístico del Eje Cafetero, no podiamos obviar la visita a Hacienda Venecia ni sus degustaciones de café y su excelente comida. Un lugar muy recomendable.
Desde la colorida Armenia la ruta nos lleva a la reposada Salento y el Valle del Cócora donde un trekking de unas 6 horas nos permite descubrir las palmeras más altas del mundo, las llamadas “palmas de cera” y explorar senderos que nos ofrecen paisajes que cortan la respiración, así como la convivencia con comunidades agrícolas locales que nos acogen con la legendaria hospitalidad colombiana.
No podíamos abandonar el Eje Cafetero sin detenernos en Finlandia y recorrer pausadamente sus calles de otro tiempo, admirar sus edificios con sus coloridas y vistosas fachadas y disfrutar del placer de conocer a sus artesanos.
Más allá, los caminos colombianos nos llevarán hacia el sur, hasta la animada y salsera Cali, las ruinas de Popayán y la frontera con Ecuador. Pero eso, ya será otra historia…
By SERGI FORMENTIN